Sexto domingo de pascua.
El Espíritu Santo guía al cristiano ya la iglesia.
Jesús, que está a punto de ir al Padre, tranquiliza a quienes realmente lo aman y escucha sus palabras, prometiendo al Consolador. El Espíritu está con los discípulos, les enseña todo, los hace penetrar más profundamente en la enseñanza de Cristo: ellos, como los cristianos de todos los tiempos, deben ser dóciles a su acción.
El Arcángel nos protege y el Espíritu de consola nos permite recibir y vivir en la paz de Cristo.
¡Buen y santo domingo!
Angela Picaro
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