Unos días antes de la fiesta de San Michele, Mons. Franco Lovignana llegó al Santuario.
Liderando una peregrinación diocesana dedicada a los destinos sagrados del Gargano, el 1 de octubre el Obispo de Aosta visitó los lugares llenos de historia y espiritualidad de la Basílica.
La reflexión propuesta durante la celebración eucarística en la Gruta Sagrada se inspiró en el mensaje que concluye el “viaje” en el antiguo camino lombardo (las llamadas “Criptas”) al pie del altar de las apariciones: “Sube, reza, camina”.
“Sali”: “El Arcángel nos invita a mirar hacia lo Alto, hacia Dios, el único que puede sacar al hombre del pecado”. “Orar”: “La vida a menudo corre el riesgo de ser” tonto “: la intercesión de San Miguel restaura la belleza de la palabra de oración que relaciona al hombre con el Señor”. “Caminar”: “No podemos quedarnos quietos, no podemos ser cristianos por nosotros mismos: debemos” salir “y traer ese inmenso tesoro que está constituido por la fe y la Palabra”.
Y la conclusión: “Que no haya un día en nuestras vidas en el que no alcemos nuestros ojos a Dios, no oremos y, con el corazón abierto, no nos propongamos dar el amor de Dios”.
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