Con el Primer Domingo de Adviento inauguramos un nuevo año litúrgico.
Los sentimientos de la espera cristiana del Señor, que viene en Navidad y algún día regresará, están bien expresados por san Pablo: amor, deseo de agradar a Dios, irreprensible.
El Evangelio de Lucas, que inicia el ciclo C de lecturas, describe el fin de Jerusalén y del mundo, aterrador para los adversarios de Cristo, liberador para sus amigos. El Señor vendrá como juez.
Debes prepararte con cuidado; No sabemos el momento final, por eso siempre debe haber una vigilancia activa.
Que el Señor nos conceda vivir este nuevo año de gracia, como tiempo que se nos ha dado para responder a la vocación bautismal y conformarnos a Cristo, Señor y Maestro.
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