Del 21 al 29 de enero se llevó a cabo la novena de preparación a la fiesta de Bronislao Markiewicz.
El sacerdote polaco, contemporáneo y amigo de Don Bosco, fundó en 1902 la Congregación que, puesta bajo la protección del arcángel Miguel e inspirada en los principios de la templanza y el trabajo, custodia hoy la Sagrada Gruta del Gargano.
Su existencia se caracterizó por la oración incesante y la caridad profunda, dirigida sobre todo a los niños y jóvenes necesitados y abandonados. Un ejemplo, por tanto, de santidad más actual que nunca en un mundo marcado por el relativismo espiritual y por fuertes disparidades económicas y sociales.
«Bronislao fue un instrumento de desarrollo y de innovación positiva para su sociedad y, en consecuencia, para la moderna: por eso su vida es para nosotros a la vez una llamada a abrir los ojos al sufrimiento y las necesidades de los últimos y de los más pequeños y guía en el camino de la santidad”: comentando la Palabra del Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario, Mons. Franco Moscone ha trazado la figura del Fundador de los Michelitas, considerándolo perfectamente inserto en la “realidad” de las Bienaventuranzas. En efecto, el arzobispo de Manfredonia – Vieste – San Giovanni Rotondo presidió la solemne Eucaristía del domingo 29 de enero, anticipándose en un día a la memoria litúrgica del “padre” de los religiosos del Santuario.
El 30 de enero, pues, las Santas Misas en honor del Beato Markiewicz – y, en particular, la concelebrada por todos los sacerdotes CSMA- asumieron el doble sentido de acción de gracias y súplica por su canonización.
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